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Aunque al hablar de intimidad o la Sexología en pareja nos estamos refiriendo a cosas que van más allá del sexo, hay que admitir que una de las cosas más divertidas que tiene estar en pareja es precisamente eso: ¡el sexo! ¿Cómo hacer que no caiga en la monotonía? ¡La lista de respuestas es casi infinita!
 
Todo parte de conocernos a nosotros mismos para que, a partir de ahí, comencemos el divertidísimo proceso de conocer al otro. Sexualmente hablando, ¡claro! ¿Conocemos nuestro cuerpo, lo que le gusta, lo que disfruta? Es muy posible que, para lograrlo, necesitamos incluir en esa lista el conocimiento previo de nuestras manías, nuestros gustos y nuestro carácter, dándole cabida finalmente a la parte física.
 
Una vez atravesado este camino, es momento de recorrer el camino del otro, y aunque nunca se logre el control absoluto, el proceso de satisfacerlo se facilita bastante.
 

¿Y entonces qué es la sexología?


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La sexología en pareja se aborda desde diferentes frentes, como las expresiones físicas que tenemos hacia el otro, el cómo nos sentimos con nuestro cuerpo, el lugar hacia el que se dirige nuestro deseo y la interacción que tenemos con los demás. Esos intereses, comportamientos y funciones sexuales están directamente conectados con la raíz de todo: ¡la comunicación!
 
No hay un solo camino correcto; lo importante es comenzar. Y, aunque hay montones de libros e información que hablan del tema, entendemos que esa no es la parte que te interesa y que lo mejor es entrar en materia.
 

Las parejas perfectas no existen; todo es cuestión de química


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Y aunque suene obvio, muchas veces se nos vuelve paisaje. Aumentar el deseo sexual no tiene que ver solamente con que nos guste lo que vemos en el cuerpo del otro; las sensaciones pueden cambiar eliminando las distracciones, bajando las expectativas y comunicándole a la otra persona lo que tenemos en la cabeza. Suena sencillo, pero a veces puede ser difícil, causar tensiones y ansiedad, y generando frustración.
 

Entonces… ¿Cuál es el paso a seguir?

 
Aunque no hay un paso a paso, pues cada persona es un mundo, eliminar la presión de tener una relación de pareja perfecta puede ser un buen comienzo. Redescubrirse, lo más difícil, puede ser también lo más divertido; y adaptarse a las necesidades del momento y diversificar la curiosidad son recursos que ayudan bastante.
 
Y, aunque la espontaneidad es ideal, no duele un poco de planificación: buscar el momento para una cita, ponerle fecha y prepararla, le pueden dar un poco de picante a la rutina. Tener presencia de estímulos eróticos frecuentes hace que nuestro organismo reaccione con deseo, y, sean estímulos explícitos como las caricias, u otros menos evidentes como las fantasías, mantener una estimulación sensorial le dará cabida, sí o sí, a lo más importante: la motivación.
 
Tal vez la conversación no deba girar alrededor de la sexología en pareja sino alrededor de la capacidad que debemos desarrollar como seres humanos de exteriorizar lo que queremos, lo que nos gusta y lo que nos haría sentir mejor, y, seguida de esa manifestación, al valiosísimo don de saber escuchar al otro.